La historia de La Gran Vía, ubicada en el corazón del barrio Santos Suárez en La Habana, es un reflejo de la nostalgia y el encanto que aún perduran en la memoria de muchos cubanos. Este icónico lugar de dulces fue un referente de calidad, ofreciendo delicias que deleitaron a generaciones.
Un Emblemático Negocio en Santos Suárez
Situada en Santos Suárez No. 118, entre San Indalecio y San Benigno en el barrio de Santos Suarez, La Gran Vía se destacó por su servicio al cliente y la facilidad de hacer pedidos mediante su popular pizarra rotativa. Con una simple llamada al número 4-8523, los habaneros podían disfrutar de los famosos cakes de nata por tan solo 3,50 pesos. La Gran Vía se convirtió rápidamente en un símbolo de excelencia en la confección de pasteles y dulces, con cajas que lucían un logotipo inconfundible.
Los Inicios de un Sueño
La historia de este icónico negocio comenzó a principios del siglo XX gracias a los hermanos García, tres inmigrantes españoles provenientes de Toledo. José, Valentín y Pedro García decidieron probar suerte en Cuba, donde con esfuerzo y sin capital inicial, lograron levantar su primer negocio en Güines, un pueblo cercano a La Habana. Allí, empezaron a producir dulces siguiendo las tradiciones de su tierra natal, ganándose la confianza de comerciantes y campesinos locales.
De Güines a La Habana: El Ascenso de La Gran Vía
En la década de los 40, los hermanos García decidieron trasladarse a La Habana, donde su fama ya había crecido considerablemente. Se establecieron en la calle Santos Suárez y rápidamente se convirtieron en un punto de referencia en la ciudad. En 1952, adquirieron un solar que abarcaba una manzana entera y abrieron un parqueo junto con una nueva tienda, empleando a más de 120 personas en su época de mayor auge.
Dulces Inolvidables
El cake de nata fue, sin duda, el producto estrella de La Gran Vía, destacándose por su sabor único. Otros dulces que hicieron famosa a esta pastelería incluyen el cake de bombón, las panetelas borrachas, los ecclairs, las tartaletas, el coffee cake, las señoritas, el panqué, los pasteles y el pan de gloria. Cada uno de estos productos formaba parte de un repertorio que convertía a Santos Suárez en un destino obligado para los amantes de los dulces.
El Declive de La Gran Vía
Con el paso de los años, la situación de La Gran Vía cambió drásticamente. La crisis económica y la falta de atención por parte del régimen llevaron al deterioro del edificio que albergaba este emblemático negocio. Actualmente, el local se encuentra abandonado, y varios vecinos aseguran que ha sido ocupado por personas en busca de refugio. El esplendor que alguna vez caracterizó a este lugar ha quedado en el pasado, aunque su legado permanece vivo en la memoria de quienes disfrutaron de sus exquisitos dulces.
Un Símbolo de Nostalgia en La Habana
Aunque La Gran Vía ya no sea el lugar vibrante que solía ser, su historia sigue siendo un recordatorio del impacto del tiempo en un rincón lleno de dulzura. El recuerdo de sus pasteles y su ambiente permanece vivo en la memoria colectiva de los cubanos.
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Redacción: CubaEnfoque Escrito por :Pedro Alfonso Sánchez
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