La situación sanitaria en Cuba ha vuelto a generar dudas, esta vez en torno al virus de Oropouche, cuyas cifras oficiales de muertes aún están en cero, según las autoridades de Salud Pública. Sin embargo, la reciente muerte del coronel Lázaro Delgado Chaple, revelada por funcionarios cubanos en redes sociales, levanta serias sospechas sobre la veracidad de esas cifras y evidencia la falta de transparencia de las autoridades sanitarias.
El caso de Lázaro Delgado Chaple: Una muerte en silencio
La muerte de Delgado Chaple, quien fuera segundo jefe de la Dirección de Identificación, Inmigración y Extranjería del Ministerio del Interior, fue atribuida a "complicaciones derivadas del Oropouche", según publicó en Facebook el funcionario de la Cancillería, Orestes Hernández Hernández. Este post, que desapareció rápidamente, revelaba detalles sobre la estrecha relación de trabajo que ambos compartieron, incluyendo la "seguridad" en el aeropuerto internacional José Martí durante la visita de Barack Obama. Más tarde, Delgado Chaple asumió la jefatura de la Remodelación del Museo de la Denuncia.
Lo curioso es que ni la prensa oficial ni las autoridades sanitarias han confirmado la causa de su muerte, pero el suceso fue lamentado en redes sociales por el cónsul cubano en Ciudad de México, quien describió a Delgado Chaple como un “hermano de lucha”.
La oscura historia de Delgado Chaple
En febrero de 2022, Delgado Chaple fue incluido en una lista de represores elaborada por la Fundación para los Derechos Humanos en Cuba. Este organismo lo acusó de estar involucrado en la expulsión y destierro forzado de activistas, periodistas y artistas que se oponían al régimen cubano. Así que, aunque ahora se lamenta su muerte, su historial no está libre de polémica.
Oropouche: ¿Un virus inofensivo o una crisis encubierta?
Las autoridades sanitarias cubanas han insistido en que el virus de Oropouche provoca síntomas ligeros y raramente es letal. Sin embargo, la falta de datos claros y la creciente presencia de casos en toda la isla, desde Santiago de Cuba hasta La Habana, genera preocupación. En su último comunicado, Salud Pública decidió centrar su atención en el dengue, otra arbovirosis, pero con síntomas más graves. Ambas enfermedades, Oropouche y dengue, pueden coexistir en un mismo paciente, lo que complica aún más los diagnósticos.
¿Cifras reales o maquilladas?
Mientras el dengue aún no ha llegado oficialmente a Artemisa y Granma, el Oropouche ya afecta toda la isla, aunque el número de contagios sigue siendo incierto. Desde mayo, cuando se detectaron los primeros casos en Santiago de Cuba, las cifras oficiales hablaban de unos 35.000 contagios. Pero lo más alarmante es que solo se diagnosticaron 506 casos hasta finales de agosto. A falta de los medios adecuados en los hospitales para identificar la enfermedad, muchos temen que estas cifras sean solo la punta del iceberg.
La respuesta hospitalaria: "Vuelvan a casa con un tratamiento estándar"
Numerosos cubanos han denunciado que, al acudir a los hospitales siguiendo las recomendaciones de Salud Pública, los médicos les informaban que no tenían los medios para determinar si se trataba de Oropouche, dengue o cualquier otro virus. ¿El resultado? Los mandaban de vuelta a sus casas con un tratamiento genérico. Es decir, el diagnóstico es tan incierto como la transparencia de las autoridades.
¿Por qué el silencio?
La presencia del Oropouche en La Habana fue revelada por el diario independiente 14ymedio en junio. A finales de ese mes, se informó que el virus ya había alcanzado 13 de las 15 provincias del país. Esta información contrastaba notablemente con las declaraciones de Salud Pública, que oficialmente reconocía solo nueve provincias afectadas.
Oropouche y la manipulación de las cifras: Una práctica recurrente
No es la primera vez que el Ministerio de Salud Pública cubano ha sido acusado de ocultar o manipular datos. Durante la pandemia de covid-19, aunque los hospitales estaban colapsados, las cifras diarias de contagiados eran sospechosamente bajas. El manejo de los fallecidos fue aún más controvertido: muchas muertes se registraban como "complicaciones asociadas al coronavirus", una forma de maquillar las estadísticas y no engrosar las listas de fallecidos.
Las fosas comunes de Manzanillo: La evidencia más cruel
En el batey de San Francisco, cerca de Manzanillo, se descubrió que hasta 200 personas víctimas de covid-19 fueron enterradas en fosas comunes cada día. Esta es una de las muchas razones por las que hoy los cubanos desconfían de las cifras oficiales. El manejo de la crisis de Oropouche parece estar siguiendo el mismo guion.
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Conclusión: ¿Una nueva crisis sanitaria encubierta?
A medida que el virus de Oropouche sigue extendiéndose por la isla, el silencio oficial se vuelve más inquietante. Con cifras de contagios que no cuadran y una mortalidad que algunos aseguran es mayor de lo que se reporta, el manejo de esta crisis recuerda peligrosamente a episodios pasados de ocultamiento de información. ¿Cuánto más se seguirá encubriendo?
Con información de : Cubita Now
Redacción: CubaEnfoque
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