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Huracán Rafael deja devastación en el occidente de Cuba: daños en viviendas, caminos y cortes eléctricos. |
El paso del huracán Rafael dejó una huella imborrable en el occidente de Cuba. Con su fuerza arrolladora, destrozó viviendas, arrancó árboles y causó estragos en la infraestructura, como si la naturaleza se hubiera ensañado en dejar una lección. Un ciclón de esos que no se olvidan, que arrasa y deja a su paso no solo escombros, sino una sensación de desamparo.
Las imágenes de la destrucción circularon sin tregua por las redes sociales, y cada foto, cada video, contaba una historia de pérdida. Cada imagen era un grito de alerta, una ventana al desastre que dejó Rafael con vientos de más de 150 km/h.
Artemisa: Terror en Carne Viva
En Artemisa, el huracán Rafael no dio respiro. Los habitantes no solo escuchaban los vientos, los sentían en cada fibra. Árboles, postes y tejados volaban como si no pesaran, y cada ráfaga era una advertencia de la furia incontrolable del ciclón. Entre las pérdidas, la caída de una torre de iluminación en el estadio de béisbol se volvió el símbolo del desastre. A miles de kilómetros, en Estados Unidos, la activista Diasniurka Salcedo Verdecia compartía imágenes de Alquízar destrozado, y el perfil de Pilar De Cuba mostraba otros estragos en la provincia.
Para los habitantes, fue una noche interminable. Las horas pasaban despacio, y cada minuto, cada sonido, era un recordatorio de la vulnerabilidad que siente uno cuando la naturaleza desata su peor versión.
Jibacoa, Aislada Bajo la Lluvia
En Villa Clara, la historia tomó otro giro. Las lluvias torrenciales inundaron Jibacoa, dejando al poblado desconectado desde la madrugada. Manicaragua recibió un torrente de agua que no cesaba, y cada gota era una carga adicional en los caminos anegados. Las autoridades no perdieron tiempo y desplegaron equipos de emergencia, suministros médicos y todo lo necesario para evitar una tragedia mayor en el Valle de Jibacoa, un lugar históricamente vulnerable a las inundaciones.
El presidente de la Zona de Defensa, Ismel López Martín, fue claro: “Si el agua sigue subiendo, las vías de acceso quedarán bloqueadas”. Era un mensaje de advertencia, pero también de preparación, porque en Cuba se sabe que ante un ciclón, cada detalle cuenta.
Evacuación en Villa Clara: La Prioridad son los Vulnerables
La mañana trajo consigo un alivio temporal, pero también una realidad ineludible. En Villa Clara se registraron precipitaciones que alcanzaron los 47 mm. Con la seguridad de la población en mente, las autoridades procedieron a evacuar a más de 13,000 personas. La mayoría fue acogida en hogares solidarios, mientras que el resto encontró refugio en centros de evacuación. Se dio prioridad a los grupos más vulnerables: mujeres, niños, ancianos. Nadie debía quedar desprotegido.
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El Final del Azote de Rafael
Finalmente, tras dos horas y media de furia, el huracán Rafael dejó atrás la isla, retirándose por la Bahía de Cabañas alrededor de las 6:00 p.m. Entró en Cuba como categoría 3, imponente y destructivo, pero al cruzar hacia el norte disminuyó a categoría 2. En su paso por Artemisa, Mayabeque y La Habana, dejó un rastro de destrucción que llevará tiempo borrar.
Rafael se fue, pero la pregunta que queda en el aire es cuántos más vendrán. Cada año, cada temporada, trae consigo la misma incertidumbre, y aunque el pueblo cubano sabe resistir, cada ciclón deja una marca que no desaparece.
Con información de: Cubanos por el Mundo
Redacción: CubaEnfoque
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